"Léelo despacio, querida niña; a Kipling hay que leerlo despacio. Fíjate bien en dónde se encuentran las comas y descubrirás las pausas naturales. Era un autor que escribía con pluma y tintero. Como la mayoría de los escritores que viven solos, levantaba con frecuencia, según tengo entendido, la vista de la página, miraba por la ventana y escuchaba los pájaros. Algunos no saben los nombres de los pájaros pero él sí. Tus ojos son demasiado rápidos, norteamericanos. Piensa en el ritmo de su pluma De lo contrario, parecerá un primer párrafo ampuloso y anticuado."
Esa fue la primera lección del
paciente inglés sobre la lectura.
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