Voy a describir una clase de Literatura que viví a mis trece años. Y eso es mucho decir. Ya se darán cuenta: De las familias amigas, sólo una tenía televisión en su casa e invitaban a la mía para ir a ver programas especiales, el de Tato Bores por ejemplo, o alguna audición de "la Callas". ¿Y nosotros? ¡Nosotros leíamos! y la pasábamos muy bien. O jugábamos al Juego de la Oca, al Ludo o al elástico. No había computadoras en los hogares, y tampoco celular ni Ipod, por supuesto. Por eso será más llamativa la clase que recuerdo.
La profesora nos hizo escuchar un tema musical. Era música clásica, pero no recuerdo ni la composición, ni el músico. Previamente nos explicó que mientras escuchábamos debíamos ir dibujando una línea como si fuera un electrocardiograma: pausado, con más ritmo, grave, o agudo...Estábamos muy concentrados tratando de no equivocarnos en la apreciación de lo que escuchábamos. Cuando finalizamos, debimos inventar una historia que siguiera el mismo ritmo que nosotros habíamos registrado en el papel. La fuimos construyendo en conjunto tratando de respetar lo que el gráfico nos indicaba. Y allí no terminó la hazaña de nuestra visionaria profesora porque nos pidió que trajéramos materiales de deshecho y una sábana grande para hacer un collage grupal.
Ana María Donato, así se llama la profe, fusionó la percepción y la expresión, la música y la escritura, la lectura y la plástica. Cuando comencé a armar este blog pensé cuánto le debía a esta profesora que había trabajado lasTics sin que existieran.
Algo más; de vez en cuando pongo en práctica esta actividad. Les hago escuchar dos de las estaciones de Vivaldi sin decirles el nombre y los chicos responden con entusiasmo a la propuesta aunque la pantalla sea una sábana y el equipo de música esté destartalado. La dulce calidez del otoño o la avasallante frescura de la primavera nos impregna.
Amigos, los invito a visitar Conspiración de lectores y miren el video del 28 de junio.
Veille d’inspection
Hace 13 años
1 comentarios:
Hacen falta muchas profesoras como la tuya. Por supuesto que un aula muy bien equipada no es nada sin un docente innovador, ilusionado y que transmitan entusiamo por lo que hace. Maestros y maestras que no aburran hasta a los pupitres.
Gracias por la referecnia.
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