lunes, 22 de junio de 2009

EL TREN DEL ALMA


Es un tren hospital que, preparado con personal voluntario realiza un viaje por pequeñas localidades del norte de mi país, para dar asistencia médica primaria y educación sanitaria a los chicos que carecen de servicios pediátricos permanentes.
¡Qué bien que exista el tren! pero... ¿por qué es necesario?


Mi amor te abraza dulcemente
para abreviar la espera de la marcha
impetuosa.
Llegan las manos milagrosas
que curarán al niño de su fiebre.
Los rieles desanudan esperanzas,
vértigos, temblores.
Te acompasan el zumbido y las cadenas,
que chocan contra los durmientes.
Tren de la vida que le quitas
los diablos a mi niño de la fiebre y el hambre.

Llegan vestidos de blanco, como ángeles
con guantes y barbijos.
Es largo el viaje, muchos los caminos.
Se detienen para abrigar las penas,
los miedos y los llantos.
El tren del alma, hospital andante,
les tiende una sábana blanca
para calmar la angustia de la noche.

Ay, aguadita del valle,
arenosa, impenetrable, dale a mi niño la risa
para que resuene el eco
y lo escuchen.
Vengan todos,
olvidados de los montes:
El tren del alma nos trae
el remedio a la ausencia

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