Decur el niño que pinta
lo que tiene ganas
Dejó la escuela secundaria porque lo aburría, trabajó en fábricas
donde dibujaba a sus compañeros, estudió Psicología y retrataba a los
estudiantes. Hiciera lo que hiciera los lápices y pinceles se colaban en su
vida.
Alguien encuentra la mirada del Bosco y quizás también
Brueghel juegue entre personajes transfigurados tiernos y trágicos como somos
los humanos.
Guillermo Decurgez, comenzó a publicar en la revista La Posta,
de Arroyo Seco, (¡vaya oxímoron!) su lugar en la provincia de Santa Fe y se
preguntaba si podría vivir alguna vez de eso: de expresar lo que sentía. Le
abrieron puertas Casciari de Orsai,
Liniers, Devinsky de Editorial La Flor. Quizás por eso su libro lleva como título Merci. Cuando la puerta se abre aparece
una ráfaga de vida, de color, de fantasía. Dibuja porque le hace bien, dibuja
porque no ha sido feliz trabajando en otras cosas.
Decur ha defendido el deseo, “pinta lo que tiene ganas”,
dice su perfil de FB. Y esa postura, sin duda, le ha dado alas para que sus
pinceles retraten sus ideas y su corazón.
Y aferrarse al deseo le permite sentirse bien y compartirlo.
Mercí!, “es un trabajo muy onírico, porque es un libro que me hace
muy bien a mí y lo quiero compartir con la gente".