El libro es interactivo, por sí mismo. O, si preferís, la lectura.
El libro de Hervé Tullet, en el post anterior, es un objeto libro tradicional, es decir sin batería, ni pantalla, ni botones, en el que los chicos lectores intervienen.
Los libros con pestañas que permiten que los personajes se muevan, los libros pop-up que necesitan ser abiertos por los lectores para que tomen corporeidad son interactivos.
Y el libro sin imágenes también lo es. Mientras leemos nuestro imaginario completa el texto y construye uno nuevo y personal.
Los libros con pestañas que permiten que los personajes se muevan, los libros pop-up que necesitan ser abiertos por los lectores para que tomen corporeidad son interactivos.
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