La niñez es una etapa más de la persona. Si bien este
enunciado no cuenta nada nuevo hay una tendencia general a pensar la niñez como
una etapa encantadora donde no existen las preocupaciones ni el sufrimiento.
Sin embargo chicos y chicas gozan y sufren como personas que son. La soledad,
la agresión, la enfermedad, la incomprensión son vividas tanto por los pequeños
como los adultos. Es por eso que he presentado en entradas anteriores algunos
libros de literatura infantil pensados para que los chicos puedan contar su
dolor ante las pérdidas.
Jimmy Liao dedica su libro La noche estrellada “a los niños que no logran sintonizar con el
mundo” En la historia la protagonista vive alejada de sus padres, y luego
alejada de sus abuelos. A pesar de tener amigos siente “una soledad
indescriptible”, sufre el acoso de algunas compañeras en la escuela, el
silencio de su casa, las discusiones de sus padres, la muerte de su abuelo, el
alejamiento de un amigo.
¿Qué diferencia hay en la profundidad de estas situaciones
vividas por los niños o vividas por los adultos? Lo cierto es que al comentar
la historia cada uno compaLLAra las experiencias con las propias y puede expresar
las maneras de enfrentarlas de cada cual.
La protagonista regresa a la casa de los abuelos y todo está
como si el abuelo fuera a regresar pronto. Las habitaciones están llenas de
color y de risas. Por la ventana se puede observar una bellísima puesta de sol.
El recuerdo calma el dolor de la ausencia. También la imaginación permite salir
del dolor y buscar las vivencias placenteras en compañía o en soledad.
El título que abre la narración se refiere a la obra
pictórica de Van Gogh. La protagonista la contempla sola, en el museo, en la
última página del relato.